Muchas gracias a Carme Alerm por su opinión sobre mi novela y por la publicación de su artículo en la renacida revista El Pasajero, que tanto ha sabido aportar sobre Valle-Inclán. Por mi parte, espero haber contribuido a retratar al genio, en este caso, como marido y desde un punto de vista que probablemente compartiría Josefina. Josefina Blanco hubiera merecido un Valle-Inclán del siglo XXI; sin embargo, tuvo que conformarse con un hombre de ideología decimonónica.